Poner ropa a los perros, de la misma tela y texturas que usaban las mujeres fue una tendencia en primeras décadas del siglo XX. Sin embargo, los veterinarios han advertido sobre las consecuencias de tratar a los canes como humanos al no corresponder a su especie.

La moda de vestir perros en los años 20

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Desde hace tiempo se dice que el perro es el mejor amigo del hombre. Acorde con ello, una vez que los seres humanos se establecieron en comunidades, los canes participaban en actividades de cacería, búsqueda de comida, como guías que alertaban de algún peligro en el camino y otras actividades cotidianas.

En los años 20 del siglo XX surgió una moda entre las damas de sociedad que cambió la relación con los perros, ya no solo como simples mascotas, sino como animales esencialmente de compañía.

De acuerdo con una nota de este diario que tenía como cabeza: “La última moda es lograr que los perros le hagan juego al vestido”, las mujeres sentaron el precedente para que los canes fueran sus “esclavos”. “Ya no son ni siquiera animales. Han pasado de lleno al reino de las cosas, y aún dentro de las cosas, a las que son usadas por las mujeres para adornarse”, indicaba el texto.  

Y es que el grito de la moda consistía en vestirlos en coordinación con ellas. Según las fotos e imágenes que acompañan la nota, los animales de compañía usaban ropa de la misma tela y estampado que vestían sus dueñas.

“Para cada nuevo traje se pintaba al perro de un nuevo color y así hacía siempre juego con el atavío de la dama”, la moda se adaptaba para ellos. No solo eran distintos colores, también eran franjas, cintas, cuadros y círculos para que fueran a tono y estilo con el vestido de su dueña.

“Si se aprietan la cintura con el corset; si se cuelgan grandes aparatos de complicado uso en las orejas; si se suben sobre los agudos picos de los tacones altos; si se colocan grandes edificios en la cabeza, no hay razón para suponer que no sean capaces de hacer sufrir a cualquier animal”, descalificaba el texto.

De acuerdo con lo descrito en la nota, estas escenas de perros vestidos a juegos con sus dueñas se observaban cuando sacaban a pasear a los animales, pues además de su correa los perritos iban vestidos con una moda peculiar que llamaba la atención de los transeúntes.  

En las ilustraciones se observa a una mujer con un abrigo con rayas negras, posando con su perro vestido con la misma tela. Otra imagen muestra a la dueña de una mascota cargando al perrito y usando un vestido con grecas y rombos mientras el animal lleva un suéter similar, pero en un tono más oscuro.

Una foto más exhibe a un perro no solo con ropa, sino también con una especie de collar y en otra aparece una mujer vestida de blanco mientras carga a su mascota que usa un vestido con la tela prácticamente del mismo material.

Se veía a perros rasurados y vestidos, lo cual era considerado “degenerar a los animales”. Entre los precursores de esta tendencia están los canes amaestrados que interactuaban o bailaban con algunos niños o hacían trucos en los cruceros y explanadas de parques públicos.

Sus dueñas eran señoras que los presentaron con moños, cascabeles, abrigos multicolores, vestidos y otras prendas. Este diario describe que todos se veían bien cuidados, aunque no faltó la perrita chihuahueña que lloraba “con desolación humana” para mostrar su nerviosismo en el concurso.

Los asistentes y el jurado se preguntaron dónde estaban los demás animales, pues la invitación fue abierta para cualquier mascota y, más bien, parecía el día de los canes. Poco después llegó una persona para llevar un perico, un pavo real y una gallina.  

También hay cosas más simples como una cobija y en otros extremos zapatos que, en ocasiones, también son tejidos y recuerdan a los de un bebé. Todo esto ha generado opiniones a favor y en contra.

Está desde quienes consideran todo esto una exageraciones, pues tanto las patas como el pelaje de los animales está diseñado de forma natural para protegerlos de los fríos y también para que continúen desarrollando libremente su sensibilidad al correr o jugar.

Se pueden comprar tanto en tiendas en línea pero con el riesgo de que las medidas o tamaño no sea el adecuado. Por eso hay hasta boutiques para perros que incluyen vestuarios de los personajes de moda.

En este caso los disfraces pueden ser más caros al ser diseños exclusivos y de ediciones limitadas. Entre los más pedidos están personajes de películas animadas aunque también los clásicos de brujas, espantapájaros, vampiros, calabazas junto con sus artículos: cuernos, colmillos, escobas y demás accesorios.

Además de la ropa, se ha creado toda una industria que incluye accesorios para perros como pañales, carriolas, casas, camas, cepillos de dientes, juguetes; sin mencionar la comida y artículos para su higiene.  

Tal como era criticado en los años 20 del siglo pasado, algunos especialistas aseguran que se trata de un error el humanizar a los animales de compañía. Hace dos semanas, EL UNIVERSAL Puebla publicó una entrevista con Moisés Heiblum, académico de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, quien aseguró que el impacto para las mascotas puede ocasionarles un gran daño al no tener comportamientos de su especie.

“Si se suben al sillón es porque el dueño se los ha permitido sin establecer límites o reglas, pero si un día quiere bajarlo por la fuerza, el perro gruñe y muestra los dientes, amedrentando a la persona; entonces, el animal aprendió que de esa manera puede quedarse en ese espacio”, afirmó el veterinario.

Los únicos requerimientos de perros y gatos son cubrir sus necesidades básicas como tomar agua y ser alimentados. También esto incluye recibir atención médica y, en suma, poder desarrollar plenamente su naturaleza animal.

El académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) hizo un llamado a los dueños de las mascotas para no incluirlas en costumbres de seres humanos como cumpleaños, pues no lo necesitan y tampoco lo comprenden.

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