José Santiago Healy: Nuevo Comandante Borolas - Diario de Yucatán

2022-10-08 20:53:31 By : Ms. judy zhu

Seguramente usted recuerda cuando en agosto de 2019 López Obrador llamó “comandante Borolas” al expresidente Felipe Calderón por utilizar una casaca del Ejército que le quedaba grande cuando le declaró la guerra al crimen organizado.

En realidad lo que intentaba AMLO era ridiculizar a Calderón y desacreditar la intervención de los militares en contra del narco.

“Calderón le declaró la guerra, le pegó un avispero a lo tonto… cuando declara la guerra a la delincuencia organizada, va a Michoacán, y va vestido de militar. Se pone un chaleco, le quedaba grande. Parecía el comandante Borolas”, sentenció.

Borolas es el apodo que utilizaba Joaquín García Vargas, comediante mexicano de la época de oro del cine nacional. Filmó 128 películas y se caracterizaba por su vestimenta de una amplia chamarra y un bombín.

A pesar de defender a cada rato la investidura presidencial, López Obrador no tuvo empacho en burlarse de su antecesor, así como la ha hecho de tantos mexicanos de todos los niveles, sabores y colores.

Ahora el presidente de origen tabasqueño tendrá que morderse su propia lengua y aceptar que al menos en el tema militar está tomando medidas todavía más drásticas de las asumidas por Calderón en el combate del Ejército en contra de las mafias que asuelan al país.

La primera fue el traspaso del control operativo de la Guardia Nacional —cuya efectividad ha sido por demás cuestionada— al Ejército Mexicano.

Y la segunda fue más reciente: modificar la Constitución a través de subterfugios y presiones a los partidos de oposición a fin de que se extienda a 2028 el plazo para que Ejército y Armada puedan operar abiertamente en las calles del país.

La medida podría justificarse por el alto nivel de inseguridad y violencia que prevalece en México, sin embargo López Obrador y sus huestes durante muchos años se opusieron a la intervención de militares en la persecución de delitos civiles y peor todavía el primer mandatario aseguró que su gobierno controlaría al crimen organizado.

Lo cierto de todo esto es que el régimen morenista ha resultado un chasco en este tema, como en tantos otros que lejos de solucionarlos los ha complicado.

Sin deberla ni temerla, AMLO prepara ahora el lanzamiento de una línea aérea comercial pero manejada por el Ejército con una flota aproximada de diez aviones, entre los que se incluye el flamante Boeing 787 que utilizó Enrique Peña Nieto y que el actual gobierno no ha podido vender, arrendar, rifar ni tampoco devolver a la compañía fabricante.

A Andrés Manuel no le es suficiente entregar las aduanas a los militares y las obras del aeropuerto Felipe Ángeles, del Tren Maya y la refinería Dos Bocas. Ahora, pues, quiere regalarles una línea aérea cuando las fuerzas armadas no tienen esas funciones ni tampoco la experiencia de manejar una empresa comercial de tales dimensiones.

Es obvio que la militarización del país se ha incrementado en los últimos años y que López Obrador desea tener muy contentos a las fuerzas armadas, quizás por temor, complicidad o por sus deseos evidentes de mantener el control político de México.

Son los regímenes autoritarios —sean de derecha o de izquierda— los que comúnmente tienen amplia presencia de militares en calles, comercios, aeropuertos, aduanas, etcétera, etcétera.

En el caso de López Obrador, todo parece suponer que ante su fracasada estrategia de seguridad para reducir la violencia no le quedó más remedio que entregar el mando y poder de esta importante actividad al Ejército y la Marina con todos los riesgos que ello implica.

Y lo paradójico es que hoy AMLO personifica mejor al comandante Borolas que Calderón, simplemente porque es evidente que la casaca y la gorra militar como jefe máximo de las fuerzas armadas le quedaron demasiado grandes.

La renuncia de Tatiana Clouthier a la Secretaría de Economía podría tener dos explicaciones: una que la sinaloense fue despedida por AMLO debido a errores e ineficiencias o dos que optó por desligarse al gobierno morenista para emprender nuevos proyectos políticos con miras a 2024. Muy pronto sabremos la verdadera razón de su intempestiva salida.— Hermosillo, Sonora.